La seriedad y la profundidad son la mejor manera de desestresarse. Ahora que la comunicación de esta seriedad y profundidad de nuestros pensamientos se ha vuelto cada vez más delgada, la comunicación se ha vuelto muy ritualizada y superficial. Luego, esta forma superficial se vuelve cada vez más importante: qué palabras usas, qué tan políticamente correcto eres, la cortesía, qué tanto consideras los sentimientos de los demás; esa emoción muy superficial, en realidad, la energía de una persona es muy fuerte, y la persona se vuelve muy frágil, porque su nivel de seriedad y profundidad frente a ese problema no es suficiente. La comunicación profunda es una solución escasa para el estrés; requiere seriedad y sinceridad, lo que nos permite bajar la guardia, expresarnos sinceramente y verdaderamente enlazarnos unos con otros. Este tipo de nutrición profunda es difícil de encontrar. En la realidad, las personas a menudo se preocupan en exceso por la forma de expresión y si ofenden, lo que hace que el diálogo se mantenga en la superficie y no pueda tocar el núcleo. El verdadero desestrés radica en despojarse de las máscaras, analizarse a uno mismo; desestresarse es liberarse a uno mismo.
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La seriedad y la profundidad son la mejor manera de desestresarse. Ahora que la comunicación de esta seriedad y profundidad de nuestros pensamientos se ha vuelto cada vez más delgada, la comunicación se ha vuelto muy ritualizada y superficial. Luego, esta forma superficial se vuelve cada vez más importante: qué palabras usas, qué tan políticamente correcto eres, la cortesía, qué tanto consideras los sentimientos de los demás; esa emoción muy superficial, en realidad, la energía de una persona es muy fuerte, y la persona se vuelve muy frágil, porque su nivel de seriedad y profundidad frente a ese problema no es suficiente. La comunicación profunda es una solución escasa para el estrés; requiere seriedad y sinceridad, lo que nos permite bajar la guardia, expresarnos sinceramente y verdaderamente enlazarnos unos con otros. Este tipo de nutrición profunda es difícil de encontrar. En la realidad, las personas a menudo se preocupan en exceso por la forma de expresión y si ofenden, lo que hace que el diálogo se mantenga en la superficie y no pueda tocar el núcleo. El verdadero desestrés radica en despojarse de las máscaras, analizarse a uno mismo; desestresarse es liberarse a uno mismo.